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miércoles, 24 de abril de 2019

Autoevaluación del examen del día 24 de abril

Estando el exámen  ya terminado y entregado, es momento de analizar, autoevaluar y sacar conclusiones. En primer lugar he de decir que en vistas del exámen del día de mañana, me he centrado durante esta pasada Semana Santa en estudiar y practicar arduamente derivadas, tema exclusivo de la próxima prueba, dejando por tanto menos tiempo al estudio y resolución de ejercicios de análisis de funciones, grueso de la prueba de hoy. Es por esto que todavía tengo ciertos inconvenientes en esta parcela de las matemáticas, especialmente en lo que se refiere a límites y al análisis de monotonías y continuidades en funciones. Lo cierto es que al terminar el pasado trimestre sentía la acuciante necesidad de aprender a derivar, por puro instinto de supervivencia, y por darme la impresión de ser una herramienta de necesario aprendizaje que en absoluto controlaba por aquel momento. Se aprecia entonces en mi prueba escrita que el desatender mis responsabilidades académicas para con el análisis funcional en favor de la derivación ha tenido consecuencias, y en las ocasiones en las que ciertos planteamientos y herramientas analíticas ya mencionadas eran necesarios, mi desempeño a sido pobre, dejando sin concluir ni resolver en varias ocasiones estos apartados malditos a los que me refiero. No obstante considero que otros ciertos apartados han recibido un correcto tratamiento por mi parte, y, además, creo haber completado completamente, para mi alivio, el ejercicio de optimización de una función.

miércoles, 3 de abril de 2019

Evaluación en caliente del examen de derivadas

Puedo afirmar que la primera prueba evaluable con contenido de derivadas no ha ido especialmente bien, sobre todo teniendo en cuenta la naturaleza tan mecánica de esta fundamental herramienta de la asignatura; las derivadas solo pueden estar bien al completo o enteramente mal, no hay grises ni medias tintas. Tengo en consideración, no obstante, a las derivadas por no ser especialmente complejas ni abstractas y por ser fácilmente solucionables por esa anteriormente mencionada cualidad de ser mecánicas y repetitivas. Es por esto último que el factor determinante para tener éxito en la resolución de derivadas, así como en tantos y tantos campos del saber, y en especial, de las matemáticas, es la práctica y la repetición incansable de ejercicios, una y otra vez hasta que los mecanismos necesarios sean interiorizados y pasen a ser poco más que reflejos involuntarios del estudiante aplicado y gustoso de las matemáticas. El problema; el error, siendo más preciso en este aspecto, parece haber sido descubierto; entiendo fácilmente los conceptos propios de las derivadas y se en mayor o menor medida usarlos de forma resolutiva, pero la eficacia, la agilidad y la precisión necesarias, así como ciertos rudimentos y costumbres que se refinan con el tiempo y que suponen en su conjunto el saber derivar, de nuevo sin grises ni medias tintas, no están todavía bajo mi control y no puedo por ello considerar que derivo con fluidez. Falta práctica, pero llegaré.